Ya
hemos entrado en diciembre y tenemos a la vuelta de la esquina las fiestas
navideñas; con sus regalos, comidas, postres,...
Ya
que para estas fechas la comida suele ser abundante y copiosa; os traigo una
receta de una tarta de sabor ligero. Una combinación de un bizcocho de jengibre
y el buttercream de naranja.
Con
esta tarta no sólo impresionaréis con su acabado sencillo pero muy elegante
sino que también conquistaréis paladares con su sabor.
Aunque
sea una tarta un poco trabajosa en su decoración, vale la pena armarnos de
paciencia y crear este bonito efecto de degradado de color.
¿Os
animáis a prepararla?
Ingredientes
Para el bizcocho:
- 200gr de mantequilla
- 200gr de harina
- 200gr de azúcar
- 2 cucharaditas de levadura
- 4 huevos
- 10gr de jengibre en polvo
Para el buttercream:
- 300gr de mantequilla
- 230gr de icing sugar
- 5 cucharaditas de pasta de naranja
Preparación
Empezamos
preparando el bizcocho para ello precalentamos el horno a 180º y preparamos los
moldes con spray desmoldante.
Batimos en la Kitchen Aid la mantequilla con el azúcar hasta que quede
blanquecino. Le incorporamos los huevos poco a poco y seguimos batiendo. Le
añadimos la harina, la levadura y el jengibre tamizados y mezclamos.
Lo ponemos en los moldes y horneamos durante 25
minutos o hasta que al pinchando con un palillo este salga limpio.
Lo dejamos enfriar en una rejilla.
Mientras se enfría vamos preparando el buttercream. Tamizamos
el icing sugar y lo batimos con la mantequilla hasta que quede blanquecino y
añadimos la pasta de naranja.
Una vez tengamos
el buttercream, montamos la tarta alternando el bizcocho con el buttercream.
Luego ponemos una capa fina de buttercream cubriendo toda la tarta.
Repartimos el
buttercream restante en cuatro boles y lo vamos tiñendo con diferente cantidad
de colorante naranja para así conseguir el efecto de degradado. Una vez tengamos los
colores deseados lo ponemos en mangas con boquillas redondas.
Ahora ya podemos
empezar a decorar la tarta. El color más claro lo dejamos para la parte
superior.
Con los otros realizamos dos filas de cada color. Para ello con la manga haremos un punto y encima otro; cambiamos de color y hacemos el mismo
procedimiento vigilando de no torcernos ya que esos puntos nos servirán de guía
para toda la tarta.
Ahora con una
espátula desde la mitad del punto deslizamos suavemente hacia la derecha
consiguiendo ese efecto tipo lagrima. Y así con todos los colores. procuramos
ir limpiando la espátula para que no se nos mezclen los colores.
Volvemos a hacer
los puntos donde hemos terminado la lagrima y volvemos a pasar la espátula. Así
seguimos hasta terminar toda la tarta.
Para el último
punto yo lo suelo dejar sin pasar la espátula para que quede mejor.
Continuamos con
la parte superior con el color más claro que habíamos reservado.
Haremos el mismo
proceso de punto y lagrima pero de fila en fila empezando por el exterior así
vamos viendo el espacio que va ocupando ya que cada fila tendrá cada vez un
número inferior de puntos. En el centro también dejamos el punto sin pasar la
espátula.
Y ya tenemos
nuestra tarta lista.
¡Espero que os animéis a preparar una tarta con efecto degradado!
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